La intervención tiene como objetivo adaptar un edificio de oficinas, con una estructura y fachada acorde a la época en que se construyó, los años sesenta, a un edificio de viviendas plurifamiliar con una distribución que permita dar respuesta, desde una visión más contemporánea, a las nuevas formas de vivir los espacios. El proyecto trata la envolvente del edificio creando un diálogo con la arquitectura clásica del ensanche, dando, a su vez, respuesta a través de una fachada que es un elogio a luz. El edificio genera una composición de llenos y vacíos y juega con los condicionantes ambientales como la protección solar y la ventilación cruzada.
Compositivamente, el proyecto plantea la reconfiguración de la crujía central del edificio, para generar un nuevo núcleo de comunicaciones vertical y un nuevo patio, creando dos viviendas por planta. Todas las zonas públicas, amplias y soleadas, se vuelcan hacia las fachadas, a Carrer de Ausiàs March o a patio interior de manzana, mientras los espacios más privados de las mismas se abren al nuevo patio central, generando una ventilación cruzada en todas las viviendas. De esta manera el edificio evita la tipología típica pasante sombría.
La distribución de las viviendas gira en torno a un elemento central que alberga el equipamiento de cocina, que queda oculto gracias a la estrategia de diseño del mobiliario, transformándolo en un espacio versátil que puede funcionar como punto de reunión, de trabajo, o simplemente como vestíbulo distribuidor. Los espacios más públicos de la vivienda, como salón o comedor, ocupan toda la longitud de las fachadas, aprovechando la iluminación natural de manera óptima. En fachada principal, expuesta a sudeste, porticones de madera permiten relaciones dinámicas entre el interior y el exterior generando sugerentes juegos de luz además de asegurar la privacidad y la protección solar de las estancias.
La piedra y la madera son los dos materiales utilizados tanto en revestimientos como en pavimentos y constituyen el hilo conductor de todo el proyecto. En los interiores de las viviendas se ha usado madera de roble y mármol blanco Carrara, buscando un equilibrio cromático y sensitivo que refuerza la sobriedad del conjunto del diseño.
La dualidad piedra-madera recorre todo el proyecto, tanto en las viviendas y las zonas comunes, como en la envolvente. La expresividad de la fachada es producto de la lógica material y compositiva empleada, donde la piedra caliza y la madera dialogan con los revestimientos y tonos de los edificios del entorno. La composición y proporción de los llenos y vacíos, las texturas y el replanteo de las juntas de los materiales empleados, el diseño vertical de los porticones en madera, son los instrumentos de diseño que dan una respuesta honesta a la distribución de la planta, usando tecnologías actuales, e integrándose en el conjunto de edificios del entorno de una manera elegante, atemporal y sobria.
Inicio-finalización | 2020-2021 |
Superficie | 2,500m2 |
Cliente | Arc Homes |
Tipo de obra | Arquitectura+Interiorismo |
Fotógrafo | José Hevia |